
Detección de una hernia en el diafragma y problemas de corazón
Propietaria: Ana Bendeliani.
Mascota: WUACHO, Braco Weimaraner macho de un año.
Wuacho vino a visitarnos a nuestra clínica veterinaria de L’Hospitalet de Llobregat porque Ana, su propietaria, lo veía muy apático, cansado y con dificultad para respirar. Pensó que podía tener relación con una pelea que había tenido con otro perro el día anterior en el parque.
Al realizarle el examen físico a Wuacho nos dimos cuenta de que el braco presentaba anomalías congénitas, directamente relacionadas con la falta de ánimo y de vitalidad que nos comentaba Ana.
Detectamos una hernia umbilical muy grande, localizada cerca del diafragma. Además, comprobamos que tenía otra anomalía referente a sus testículos, ya que estaban dentro del abdomen (criptorquidia bilateral).
Después de esta revisión y primeras pruebas, decidimos hacerle una radiografía de tórax para observar si hay algún problema en los pulmones y el corazón. La radiografía nos mostró un aumento de la silueta cardíaca, centrando el diagnóstico diferencial entre dos problemas más probables: una anomalía congénita del corazón o una hernia pericardio-diafragmática.
Como no teníamos un diagnóstico definitivo, esa misma tarde sometimos a Wuacho a una ecografía, que nos confirmó la existencia de la hernia en el diafragma. Esta hernia estaba permitiendo que una parte del hígado se introdujera dentro del pericardio (la membrana que envuelve el corazón).
Los problemas en el diafragma y en el pericardio (hernia pericardio-diafragmática) producen vísceras abdominales, exactamente lo que le estaba pasando a Wuacho. En este caso, parte del hígado estaba ocupando el lugar en el que debe estar el corazón. En consecuencia, el corazón no dispone del espacio suficiente para dilatarse y poder trabajar adecuadamente.
Operamos al braco de inmediato porque era súmamente importante solucionar el problema. Colocamos el hígado en su lugar y cerramos la hernia del diafragma.
En menos de 24h, Wuacho estaba operado, en pocos días su corazón recuperaba su funcionamiento y él volvía a ser el mismo perro de siempre, alegre y juguetón.