El contacto regular y amistoso con las personas desde una edad temprana se manifiesta en comportamientos positivos como menor temor y estrés y fuertes lazos de unión entre el gato y el propietario.

Jugar con vuestro gato desde pequeños, estableciendo una rutina, ayuda a reforzar los lazos entre vosotros y ayudará a que haga ejercicio.
No fuerce la interacción con el gato. Deje que el animal elija cuándo, cómo y de qué manera se produce el contacto. Los propietarios de gatos deben aprender cuáles son las preferencias de cada uno de sus gatos, lo que les ayudará a desarrollar un fuerte vínculo con sus mascotas felinas.
En las casas “multigato”, cada uno de los gatos debe recibir atención de forma individual, sin que intervengan los otros gatos, para prevenir tensiones.

La afinidad en la conducta social es indispensable para mantener una buena relación. Estos comportamientos están a menudo dirigidos hacia las personas favoritas del gato: por ejemplo, frotarse a su cabeza o su cuerpo, sentarse sobre sus rodillas o incluso, en algunos casos lamer su piel imitando el acicalamiento mutuo. Sin embargo, existe un amplio espectro de preferencias entre los gatos en cuanto a tipo e intensidad de relaciones sociales, que pueden estar, a su vez, influenciadas por causas genéticas y por las experiencias previas vividas (especialmente en el periodo de socialización). Problemas como las agresiones directas a otros gatos o a las personas, enfermedades relacionadas con el estrés o la eliminación inapropiada pueden tener lugar cuando las preferencias sociales del gato no están siendo correctamente contempladas.