Por lo general, los perros suelen gastar las uñas cuando salen a pasear, pero según la raza y la edad el desgaste no es suficiente y crecen demasiado.
Los gatos se afilan sus uñas usando superficies de rascado, de esta manera se desprenden de capas más viejas de sus uñas, además de marcar su territorio. Las uñas de los gatos son muy afiladas y pueden ser molestas en nuestra convivencia con ellos, o hacer que se enganchen en diferentes tejidos.
Algunas uñas pueden llegar a clavarse en la almohadilla si crecen en exceso.
Las razas de perro pequeñas suelen gastar menos las uñas que las razas grandes, esto se debe a que al pesar menos el roce con el suelo es menor y también que las razas grandes suelen tener una actividad física superior.
Las razas de perro gigantes pueden tener espolones en las patas traseras, que como no contactan con el suelo crecerán si no las cortamos.
A medida que nuestras mascotas se hacen mayores disminuye su actividad física y desarrollan problemas articulares (por ejemplo artrosis), esto hace que caminen más lentamente y gasten menos las uñas. En el caso del gato, la artrosis en las articulaciones de los dedos hará que use menos su rascador y las uñas crezcan demasiado, no pierdan las capas viejas de uña, e incluso se les claven en las almohadillas.
Podemos cortar las uñas nosotros en casa o llevar a nuestra mascota a que se las corte un profesional (peluquero, auxiliar veterinario o veterinario). Si lo hacemos nosotros usaremos un corta uñas especial para animales adaptado al tamaño de nuestra mascota.
Las uñas del gato son muy afiladas y están formadas por capas. Al rascar en los rascadores pierden la capa más externa y la uña queda afilada. Para evitar que nos hagan daño tendremos que cortarlas de forma rutinaria. A medida que los gatos envejecen desarrollan problemas en las articulaciones y en consecuencia al dolor dejan de usar el rascador, esto hace que las capas de las uñas se acumulen y pueden producir que se acaben clavando en las almohadillas o se infecten.
Para cortar las uñas de perros y gatos nos tenemos que fijar primero en el color de la uña. Los gatos las tienen transparentes pero los perros pueden tenerlas negras. Las uñas transparentes son más fáciles de cortar debido a que podemos ver hasta dónde llega el tejido con interno, que tiene un vaso sanguíneo e inervación, que si lo cortamos sangrará y le producirá dolor.